Escaneos cerebrales sugieren que meditadores expertos viven en un estado mental superior

Son estos indicios de que realmente existe tal cosa como la iluminación.

La meditación ha sido estudiada en las últimas décadas en laboratorios de universidades occidentales confirmando que tiene importantes beneficios cognitivos y de salud en general. Quizá el trabajo más interesante en este sentido es el del neurocientífico Richard Davidson, quien también practica la meditación y es amigo personal del Dalái Lama. Davidson famosamente ha medido en su laboratorio de la Universidad de Wisconsin las ondas cerebrales de meditadores que han acumulado más de 62 mil horas de meditación en sus vidas. Según explica el psicólogo Daniel Goleman, quien es coautor con Davidson del libro Altered Traits, estos meditadores, que llama “de nivel olímpico”, muestran características cerebrales que nunca han sido observado antes por la ciencia.

Los meditadores analizados por Davidson, muchos de ellos volados de India y Nepal a Estados Unidos, tienen un nivel de ondas cerebrales gamma muy superior a los de la gente que no ha meditado mucho. Estas ondas cerebrales suelen aparecer cuando diferentes regiones del cerebro entran en armonía. “Obtenemos ondas gama cuando mordemos una manzana o imaginamos morder una manzana, y por un breve periodo, un segundo, el influjo de sabor, olor, sonido, visión, y todo eso se une en la mordida imaginaria de la manzana”. Para una persona común estas ondas gamas aparecen brevemente y sólo en momentos de particular foco en una actividad bien definida. Pero en el caso de los meditadores “olímpicos”, se observa que las ondas gamma son una constante. “Es su estado mental cotidiano. La ciencia nunca ha visto algo así”, dice Goleman.

La actividad cerebral gamma crece a niveles aún más altos cuando se le pide a estos meditadores que practiquen la meditación de la compasión; en esta práctica común a diferentes escuelas budistas se observan intensos picos de gamma. Quizá la compasión -o el amor- realmente es el estado mental más alto.

Aunque científicamente no se han llegado a sacar conclusiones, Goleman sugiere que la actividad gamma podría ser un marcador de lo que tradiciones espirituales llaman una especie de iluminación o estado despierto de la mente. Parecería que el cerebro de los meditadores tiene la cualidad de la frescura, la lucidez, la calma y la nitidez. El meditador experto realmente experimenta las cosas como si fueran nuevas, frescas, nítidas y luminosas

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