El misterio de los Arcos de San Juan: el monasterio abandonado en España que se conserva intacto desde hace 882 años

Ubicado en la cima del Monte de las Ánimas, los Arcos de San Juan pertenecieron a un antiguo monasterio católico que atendía peregrinos.

Restos del monasterio románico de San Juan de Duero, Soria, España. El templo, que perteneció a la Orden de los Hermanos Hospitalarios, se construyó en el siglo XII y estuvo habitado hasta el siglo XVIII. / Diego Delso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Vistos desde arriba, los Arcos de San Juan parecen la traza de un antiguo convento medieval. Sin techo que los proteja de la intemperie, se han mantenido prácticamente intactos desde el siglo XIII, cuando servían como refugio para peregrinos y desvalidos que, por azares del destino, terminaban en el Monte de las Ánimas.

Así como cualquier otro claustro español, el Monasterio de San Juan Durero —como se le conocía en el Medioevo— se construyó a las afueras de Soria, al norte de la actual España. En sus años de apogeo, fue un recinto religioso que recibió enfermos y creyentes por igual: un espacio de descanso antes de que continuaran su viaje a Tierra Santa, documenta la Secretaría de Turismo española.

A pesar de que los Arcos de San Juan acogieron a miles de personas cansadas de caminar, el espacio eventualmente quedó en el olvido. Hoy, la estructura está en ruinas: como si nadie hubiera habitado el espacio jamás. Ésta es su historia.

Refugio de peregrinos y enfermos

Detalle de uno de los capiteles en los Arcos de San Juan, a las afueras de Soria, España. / Diego Delso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

El capitel de los Arcos de San Juan sigue representando escenas de su vida diaria, hace más de 800 años. Grabados sobre piedra caliza quedaron los momentos en los que los peregrinos llegaban al monasterio, pidiendo un espacio para pasar la noche o algo de comer. Incluso los mendigos locales se acercaban a los sacerdotes, en busca de un techo —o en el mejor de los casos, de un lugar para vivir.

En la Edad Media, era común que las personas persiguieran la vida sacerdotal para educarse, o asegurar un lugar donde hubiera recursos suficientes para vivir bien. Originalmente, el Monasterio de San Juan Durero consistía de una iglesia sencilla, que tenía un hospital adjunto. Sin embargo, por la cantidad de peregrinos que pasaban por ahí, el espacio fue creciendo con los años.

Diego Delso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Construido entre los siglos XII y XIII, el recinto se dedicó a San Juan Bautista. Fue construido siguiendo la línea estética del Románico Español, un estilo arquitectónico caracterizado por sus formas pesadas y arcos pronunciados. Podría decirse que es un antecedente al gótico, que dominó gran parte del medioevo. El techo de madera se perdió por completo, tras un incendio que los frailes no lograron contener.

Lo que hoy queda de la iglesia y el claustro, sólo son los restos de un monasterio de la orden militar de los caballeros sanjuanistas, también conocidos como los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Se sabe que, además de ser hospital y recinto religioso, también tuvo un espacio funerario importante. Tal vez, para los pacientes que no lograban sanar.

¿Qué pasó con los Arcos de San Juan?

Restos del monasterio románico de San Juan de Duero, Soria, España. El templo, que perteneció a la Orden de los Hermanos Hospitalarios, se construyó en el siglo XII y estuvo habitado hasta el siglo XVIII. / Diego Delso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Se sabe que estuvo en funciones hasta bien entrado el siglo XVIII, para luego ser abandonado sin razón aparente. No fue hasta el siglo XIX que fue declarado Monumento Nacional, y lo que es más: como una de las Maravillas del Románico Español. Hoy en día, los antiguos espacios de sepultura, el claustro original y el área de hospitales forman parte de la sección medieval del Museo Numantino.

Nadie sabe realmente por qué se abandonaron los Arcos de San Juan. Sobre todo, por el esfuerzo monumental que se empleó durante décadas para construir el espacio. En los arcos se aprecian destellos de influencias árabes, así como una intención marcada por enaltecer el estilo románico.

Monasterio de San Juan de Duero, Soria, España / Diego Delso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

El poeta Gustavo Adolfo Bécquer, reconocido por sus obras de terror romántico, empleó este espacio como el escenario de El monte de las ánimas, uno de sus poemas más célebres. Y es que el halo sombrío del lugar susurra sentencias de abandono, de decadencia, de una gloria pasada que se desvaneció de un momento a otro.

En la actualidad, es posible visitar el antiguo recinto que erigieron los caballeros sanjuanistas. La iglesia se desacralizó, por lo que ya no se considera un espacio sagrado. La entrada es completamente gratuita los fines de semana, y está cerrado los lunes para trabajos de mantenimiento y limpieza. El conjunto arquitectónico parte de un recorrido extenso, que considera otros monasterios abandonados en España.

NG