Un estudio revela dónde es más probable ver un ovni: hay registrados hasta 98.000 avistamientos

Un estudio publicado en la revista ‘Nature’ ha identificado los lugares más propicios para el contacto con seres de otro planeta.

Para el estudio, los investigadores analizaron aproximadamente 98.000 informes de avistamientos de UPA durante un período de 20 años / Pixabay

En un testimonio sin precedentes ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en julio de 2023, figuras destacadas como David Grusch, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de EE. UU., David Fravor, ex comandante de la marina, y Ryan Graves, director ejecutivo de ‘Americans for Safe Aerospace’, arrojaron luz sobre la creciente preocupación por los ‘fenómenos aéreos no identificados’ (UPA, por sus siglas en inglés). Estas revelaciones surgieron en medio de un aumento en los avistamientos de objetos no identificados, conocidos popularmente como OVNIs, reavivando el interés en la posibilidad de naves espaciales extraterrestres. En respuesta a esta intriga, un estudio publicado en la revista ‘Nature’ en diciembre de 2023, dirigido por geógrafos de la Universidad de Utah, ha identificado los lugares más propicios para el contacto con seres de otro planeta.

Para el estudio, los investigadores analizaron aproximadamente 98.000 informes de avistamientos de UPA durante un período de 20 años, entre 2001 y 2020, utilizando datos del Centro Nacional de Investigación OVNI. Asimismo, analizaron dos condiciones fundamentales: el potencial de visión del cielo, que se refiere a la contaminación lumínica, la nubosidad y la visibilidad a través de los árboles de la zona; y la posibilidad de que haya objetos presentes en el cielo, es decir, la proximidad a aeropuertos e instalaciones militares.

Los resultados revelaron que la mayoría de los avistamientos ocurrieron en el oeste de Estados Unidos, debido a la geografía de la región, que ofrece amplios espacios y cielos ideales para la observación. Además, los puntos críticos de avistamientos estaban vinculados a la actividad aérea y militar, sugiriendo que muchas personas pueden detectar objetos reales, pero no reconocen su naturaleza.

Según Richard Medina, profesor asociado de geografía en la Universidad de Utah y autor principal del estudio, «hay más tecnología en el cielo que nunca, por lo que la pregunta es: ¿qué ve realmente la gente? Es una pregunta difícil de responder y es importante porque cualquier incertidumbre puede ser una amenaza potencial para la seguridad nacional».

¿Dónde se producen más avistamientos?

Por otro lado, el estudio también identificó áreas de baja y alta incidencia de avistamientos, conocidas como puntos fríos y puntos calientes respectivamente. En ese sentido, el estudio revela que se informaron de muchos más avistamientos en el oeste y el noreste.

Mapa de zonas calientes de avistamientos de UPA / Medina, Brewer y Kirkpatrick

Estos hallazgos respaldan la relación histórica entre el oeste de Estados Unidos y los UPA, con lugares emblemáticos como el Área 51 en Nevada y Roswell en Nuevo México. «Occidente tiene una relación histórica con la UAP: el Área 51 en Nevada, Roswell en Nuevo México y aquí en Utah tenemos Skinwalker Ranch en la Cuenca de Uinta y actividad militar en el campo de pruebas Dugway del ejército de EE. UU.», reveló Medina. «Además, existe una sólida comunidad al aire libre que se recrea en terrenos públicos durante todo el año. La gente sale y mira hacia el cielo», añadió.

A pesar del estigma asociado con los platillos voladores, la investigación sobre los UPA está ganando terreno, especialmente con la detección continua de objetos inexplicables en el cielo. Sin embargo, la falta de datos verificables sigue siendo un desafío, ya que los informes se basan en relatos personales y explicaciones culturales y psicológicas, lo que limita la capacidad de analizar patrones en un área determinada. En ese sentido, los autores de la investigación señalan que los datos del Centro Nacional de Investigación OVNI son un sistema público de autoinforme sin una forma real de verificar los engaños.

Sin embargo, los autores afirman que si los datos fueran totalmente inválidos debido a alguna causa psicológica y sociológica, entonces no habría ningún patrón espacial, y según sus palabras, si lo hay. Simon Brewer, coautor del estudio y profesor asociado de geografía en la Universidad de Utah, señala que «hay muchos factores que pueden contribuir al informe de objetos anómalos. Al examinar la distribución espacial de los informes y cómo se relacionan con el entorno local, esperamos proporcionar algún contexto geográfico que pueda ayudar a resolver o comprender los informes tanto del público como de los entornos militares».

ABC