El primer vistazo al interior de la cápsula OSIRIS-REx de la NASA es un viaje en el tiempo

Los científicos comenzaron finalmente a abrir la muestra de rocas del asteroide Bennu, próximo a la Tierra. La OSIRIS-REx de la NASA recolectó material de los primeros días del sistema solar.

Muestras del asteroide Bennu dentro de la cápsula OSIRIS-REx de la NASA. / NASA

Por fin, los científicos de la NASA revelan lo que OSIRIS-REx trajo del asteroide situado a 160 millones de kilómetros de distancia. La misión, de siete años de duración, recolectó una muestra de roca de Bennu en 2020 y la devolvió a la Tierra en septiembre, lanzándola en un paracaídas sobre el desierto de Utah (EE UU). Los científicos limpiaron y enviaron meticulosamente la cápsula al Centro Espacial Johnson de Houston (Texas, EE UU), asegurándose de que ninguna muestra se contaminara por la exposición al oxígeno, la humedad o las bacterias terrestres, y ahora están analizando la carga tan preciada.

Esta mañana, la NASA organizó una presentación pública ante una pequeña audiencia de periodistas, responsables políticos y estudiantes de distritos escolares locales, y también la transmitió en vivo por NASA TV y el sitio web de la agencia. ¿De dónde procede Bennu? ¿Contiene moléculas orgánicas o metales raros? ¿Cuál es su origen? Estas son algunas de las interrogantes que se esperan responder con el hallazgo, por lo que determinar la historia científica de esas rocas espaciales podría comenzar a partir de ahora.

OSIRIS-REx y las muestras del origen del sistema solar

De pie en un podio sobre el escenario ante una pantalla de video, Bill Nelson, administrador de la NASA, preparó la revelación. “Siete años, casi más de 6,000 millones de kilómetros de viaje a través del sistema solar hasta el asteroide Bennu y de regreso”, comenzó, recapitulando la misión para el público. Hace tres semanas, continuó, “la cápsula de retorno de muestras aterrizó en Utah, justo en el punto exacto. Fue una misión perfecta. Es una proeza de la ingeniería y es la primera muestra de la NASA de un asteroide. ¿Están listos para ver los resultados de la misión? Echen un vistazo”.

Mientras el público aplaudía, la pantalla situada detrás de él mostraba, dentro del recipiente, una fotografía de piedras pequeñas y partículas oscuras de color carbón pertenecientes a un asteroide, pero dispuestas fuera del contenedor principal de las muestras. El primer análisis de la NASA indica que poseen agua en minerales arcillosos hidratados, así como carbono y moléculas orgánicas, indicó. Este carbono representa el 4.7% de la muestra en peso. “Las moléculas de carbono y agua son exactamente el tipo de material que queríamos encontrar”, señaló Nelson. “Son elementos cruciales en la formación de nuestro propio planeta y nos ayudarán a determinar los orígenes que contribuyeron a generar la vida”.

Imágenes del material del asteroide en el exterior de la cabeza del TAGSAM, o mecanismo de adquisición de Bennu, que contiene la muestra. / NASA

Tras él, Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx, mostró cuatro imágenes más detalladas de la muestra, todas ellas tomadas con un microscopio electrónico, y habló más sobre la importancia del carbono. Describió el material como minerales arcillosos que tienen agua retenida dentro de sus estructuras cristalinas fibrosas y serpenteantes. “Así es como creemos que llegó el agua a la Tierra. La razón de que el planeta sea habitable, de que tengamos océanos, lagos y lluvia, es que estos minerales de arcilla llegaron hace 4,000 o 4,500 millones de años, haciendo que nuestro mundo fuera habitable”, destacó. “[Y] no solo la Tierra, sino probablemente Venus y Marte”.

Mientras pasaba las imágenes, mostró cómo parte del material tiene una forma hexagonal característica del azufre, que, según explicó, es fundamental para la biología. “Muchos de los aminoácidos que dan estructura a nuestras células emplean azufre”, declaró. También expuso imágenes de trozos de magnetita, tanto en forma de frambuesa como en forma de placas. “Esas láminas quizá sean importantes para la evolución orgánica. Podrían catalizar determinadas reacciones”, observó.

Después, Daniel Glavin, jefe de análisis de muestras de OSIRIS-REx, presentó un grano de material del asteroide bajo la luz ultravioleta. Entonces, la muestra se percibía de color azul brillante, salpicada de diminutos puntos blancos brillantes que comparó con estrellas. “La materia se está iluminando”, comentó, explicando que la fluorescencia indica minerales carbonatados. “Esto es materia orgánica, llamada glóbulos orgánicos. Esta cosa está cargada de materia orgánica”.

La charla también incluyó un video pregrabado de Nicole Lunning, científica de conservación, en el exterior de una sala blanca construida especialmente en el Edificio 31 del Centro Espacial Johnson. Este recinto alberga la mayor colección de materiales de asteroides del mundo y será la sede permanente de OSIRIS-REx. Como la materia orgánica es uno de los objetivos de esta misión, apunto Lunning, la sala limpia se diseñó concretamente para evitar contaminar la muestra con materiales biológicos procedentes de la Tierra.

Lunning describió gran parte del material como polvo fino y partículas de tamaño mediano, aproximadamente del ancho de un grano corto de arroz. Señaló que, hasta ahora, la NASA solo ha examinado una pequeña parte de la muestra y que aún no han abierto completamente el contenedor. Dijo que seguirán desmontando el cabezal de recolección, dividiendo la muestra en bandejas de manipulación “que parecen platos hondos de pizza”. Dentro de seis meses, precisó, la agencia publicará un catálogo para dar a los científicos la oportunidad de proponer estudios y solicitudes de muestras. Unos 230 científicos de todo el mundo trabajarán en el análisis durante dos años, mencionó, y partes del material se expondrán al público en el Smithsonian, el Centro Espacial de Houston y la Universidad de Arizona.

El trabajo de los científicos contemplará la evaluación de las similitudes y diferencias entre Bennu y Ryugu, otro asteroide rico en carbono del que la misión “Hayabusa2” de la agencia espacial japonesa recuperó con éxito una pequeña muestra en 2020.

Wired