Una carta perdida revela que Albert Einstein predijo la existencia de los supersentidos animales

Los nuevos avances tecnológicos nos han permitido comprender la manera en la que los animales ven el entorno y explorar como se comunican, se reproducen, su forma de alimentarse, la forma de interactuar con otros animales e incluso lugares.

La percepción que tenemos de cada especie animal y su forma de percibir su entorno ha cambiado con el paso de los años y más ahora, con la implementación de nuevas tecnologías en la investigación.

Un ejemplo de esto, es el estudio publicado en el año 2002 por el doctor Dr. Michael M Walker, quien de manera empírica propuso que las aves utilizan el campo magnético para orientarse durante su época de migración. Iniciando un nuevo campo de investigación.

Pero no fue hasta el año 2008, cuando un equipo de expertos equipó a una parvada de zorzales con transmisores de radio, en donde demostraron que utilizan una especie de “brújula biológica” para poder orientarse a través del campo magnético terrestre.

Este estudio reciente, respaldo de manera científica la investigación empírica realizada por el Dr, Walker. Sin embargo, no fue el primero en proponer algo tan extraordinario.

Puesto que han encontrado una carta que estuvo perdida durante años, escrita por el físico Albert Einstein en el año de 1949, al ingeniero Glyn Davys, reconocido por sus aportaciones en investigaciones de radar.

En esta carta, se revela su postura de que ciertas especies animales tienen “supersentidos” y que el estudio de ellos puede beneficiar el desarrollo de tecnologías futuras.

Esto nos indica que pasaron aproximadamente casi 70 años para poder comprobar de forma científica la hipótesis que el científico Einstein propuso sobre la existencia de los “supersentidos” animales.

Este acontecimiento importante se encuentra publicado en el Journal of Comparative Physiology A. En el artículo  expertos analizan a detalle la carta escrita por Einstein.

Carta fechada el 18 de octubre de 1949 de Albert Einstein a Glyn Davys, con referencia al trabajo de von Frisch y la percepción sensorial de los animales. (Dyer et al).

De acuerdo con los científicos, Einstein también era un gran observador de las investigaciones realizadas sobre el lenguaje y danza de las abejas por el etólogo austriaco Karl von Frisch, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1973, por sus descubrimientos con estos insectos.

También, Einstein prestaba mucho interés en habilidades de ciertas especies que desafiaban las leyes de la física, características que eran parte fundamental de su supervivencia en su hábitat natural.

Los expertos, también concluyen que Albert Einstein fue participe de una conferencia de Karl en la Universidad de Princeton, en abril de 1949, justo un día antes de escribir la carta dirigida a Glyn Davys, donde menciona:

«Es concebible que la investigación del comportamiento de las aves migratorias y las palomas mensajeras pueda algún día conducir a la comprensión de algún proceso físico que aún no se conoce».

Es sorprendente que concibiera esta posibilidad, que décadas después existiera evidencia empírica y científica que revelara que varios animales pueden percibir campos magnéticos y utilizar dicha información para la navegación.

En el artículo concluyen que: “Los científicos como Einstein tienen un efecto asombroso en nuestra existencia física e intelectual, a menudo mucho más allá de su propio campo y tiempo”.

Posiblemente existan más cartas perdidas escritas por Einstein u otros famosos científicos, que, a pesar de no contar con tecnologías avanzadas, podían concluir con hipótesis que se están demostrando con el paso de los tiempos.

Esperemos que existan más cartas perdidas, con revelaciones asombrosas como la de Einstein, y que solo el tiempo podrá revelar su existencia.