Un colosal choque entre agujeros negros supermasivos haría temblar al Universo en 2025

Las fluctuaciones de la luz en el centro de una galaxia estarían indicando una inminente colisión entre dos de estas monstruosas estructuras.

El extraño comportamiento de una galaxia ubicada a unos mil millones de años luz de distancia de la Tierra sugiere que podría acoger a uno de los eventos más esperados por los astrónomos contemporáneos: el choque entre dos agujeros negros supermasivos. Aunque aún no es posible determinar con certeza el momento exacto del violento encuentro, los científicos creen que podría concretarse en alrededor de 3 años.

Un grupo de investigadores concluye en un nuevo estudio que las variaciones en la luz observadas en el centro de la galaxia SDSS J1430+2303, localizada aproximadamente a mil millones de años luz de distancia de nuestro planeta, coinciden con lo esperado para los momentos previos de una colisión entre agujeros negros supermasivos, que en este caso alcanzarían una masa combinada de alrededor de 200 millones de soles.

De acuerdo a la nueva investigación, publicada recientemente en ArXiv y aceptada para su publicación en Astronomy & Astrophysics, el choque es realmente inminente y no en términos astronómicos, en los cuales se manejan períodos temporales alejados de la comprensión humana. En este caso, si la señal identificada es realmente el resultado de colosales agujeros negros supermasivos, los mismos se fusionarán en los próximos tres años, o sea como máximo sobre 2025.

UNA GALAXIA CONVULSIONADA

Se sabe que SDSS J1430+2303 es una galaxia elíptica con una masa acumulada de 150 mil millones de soles. Presenta un núcleo galáctico activo, que está experimentando una variabilidad periódica en permanente aceleración. Debido a esto, algunos especialistas creen que el agujero negro binario cerca del punto de fusión podría acoplarse y despedir un impresionante caudal energético incluso antes de finales de 2022.

Se trataría de una fantástica oportunidad, quizás la mejor hasta ahora, para apreciar el choque de dos agujeros negros supermasivos. Sin embargo, los investigadores no pueden determinar aún con certeza si realmente el fenómeno que está sucediendo en el corazón de la galaxia analizada es el escenario previo a una colisión de este tipo. Los científicos indicaron que es imprescindible seguir observando la extraña galaxia, para ver si se puede identificar de manera concluyente el evento.

Los datos previos indican que la primera detección de agujeros negros en colisión se concretó en 2015: a partir de allí, nació un nuevo desafío para la astronomía. Desde ese momento se han realizado más detecciones, gracias a las ondas gravitacionales que estos eventos masivos envían a través del espacio-tiempo: son enormes fluctuaciones que pueden ser detectadas por los instrumentos más avanzados, como los interferómetros láser ubicados en los observatorios LIGO y Virgo.

CASI CONFIRMADO

Al parecer, las variaciones en la luz de rayos X emitida por la galaxia SDSS J1430+2303, así como un tipo de emisión asociada con el hierro, estarían indicando con un nivel de confianza del 99,96 %, en base a dos instrumentos diferentes, que el fenómeno se trataría de una inminente colisión entre agujeros negros supermasivos, según un artículo publicado en Science Alert. A pesar de esto, los científicos son cautos y esperan otros datos que permitan confirmar por completo el fenómeno indicado.

Las colisiones entre agujeros negros supermasivos son cruciales para obtener información que permita a los científicos entender cómo los agujeros negros aumentan tanto su tamaño, así como para determinar el papel de estos increíbles eventos en la formación de nuevas estructuras cósmicas, entre otros fenómenos astronómicos que aún no tienen respuestas definitivas.

REFERENCIA

X-ray view of a merging supermassive black hole binary candidate SDSSJ1430+2303: results from the first ~200 days observations. Liming Dou, Ning Jiang, Tinggui Wang, Xinwen Shu, Huan Yang, Zhen Pan, Jiazheng Zhu, Tao An, Zhen-Ya Zheng and Yanli Ai. ArXiv (2022). Aceptado para su publicación en Astronomy & Astrophysics. DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2208.11968

EPE