Serpientes con patas: la evolución marcó la diferencia

La biología evolutiva demuestra que los ofidios no siempre estuvieron libres de extremidades. Fósiles de antiguas especies desvelan los cambios anatómicos que han sufrido hasta hoy.

Dinilysia patagonica /| J. Gree

Popularmente las serpientes se consideran animales que reptan por el medio terrestre. Pero no solo han conquistado la tierra sino también el aire, al desplazarse de árbol en árbol, y el agua, al ser capaces de nadar. Aunque hoy no cuenten con extremidades, los científicos investigan si las especies extintas sí las tenían.

En el Cretácico, hace entre unos 145 y 66 millones de años, existían cuatro especies diferentes de serpientes. Dinilysia patagonica, de 85 millones de años de antigüedad, carecía de extremidades y habitaba en el medio terrestre.

Sin embargo, otras más antiguas conservaban las suyas, aunque según los científicos no les ofrecían aparentemente ninguna ventaja evolutiva. Un ejemplo es Najash rionegrinaque poseía un par de patas traseras lo suficientemente atrofiadas como para no aguantar su peso, sirviéndole, eso sí, como punto de sujeción durante la cópula. Otros dos animales del Cretácico, Pachyrhachis problematicus y Haasiophisterrasanctus, eran serpientes marinas cuyas extremidades podrían servirles para nadar, aunque en realidad no les ofrecían mejor capacidad de movimiento, al no estar ancladas al tronco corporal.

Najash rionegrina / Paleoninja

La adaptación al medio

Hongyu Yi, investigadora del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de las Ciencias, y Mark A. Norell, científico del Museo Norteamericano de Historia Natural, han estudiado la evolución anatómica del reptador.

En un artículo publicado en Investigación y Ciencia, la científica explica que han realizado radiografías y construcciones de modelos en 3D del oído interno de diferentes ejemplares actuales de reptiles y serpientes. Con estas pruebas han observado que el vestíbulo, órgano auditivo encargado del equilibrio, difería en tamaño dependiendo del hábitat. De esta forma, las serpientes cuyo medio era el subsuelo tenían la región más desarrollada a diferencia de las acuáticas y los reptiles que poseían una estructura atrofiada.

La especie extinta Dinilysia también contaba con un vestíbulo de similares características a las especies cavadoras de túneles actuales como la serpiente arcoíris. Esto explicaría cómo el cambio de hábitat ofreció mayor ventaja a aquellos lagartos que carecían de extremidades para una mejor adaptación al medio subterráneo.

Tiny Wallet Photography | Foter.com | CC BY-NC-SA

Aun así en el Cretácico existían otras especies más antiguas que las conservaban a pesar de su poca utilidad. Según los expertos, la evolución de una especie no es totalmente lineal y van surgiendo mutaciones genéticas aleatorias que propician la diversidad de extremidades hasta que, pasados miles de años, se acaban conservando aquellas características que favorecen una mejor adaptación al medio.

UNED  / Alberto Díez Díaz-Calonge