Ocho propósitos para relacionarnos mejor con la tecnología en 2022

Evitar los chats de vídeo, apostar por la autenticación en dos pasos y hacer limpieza de archivos digitales nos ayudarán a sentirnos mejor. Incluso dejar aparte el teléfono en algunos momentos ayudará a conectar con nuestras emociones.

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Al final de cada año, de una forma muy precisa, la gente de todo el mundo crea sus propósitos para el nuevo año: perder peso, meditar, ahorrar.

Quizás este año sea el momento de hacer un balance de nuestra vida tecnológica. A lo mejor, usted ha estado recibiendo constantes notificaciones de que el almacenamiento está lleno o, simplemente, quiere sentirse menos estresado por la avalancha de noticias de última hora.

Presentamos algunos propósitos digitales que podrían considerar en 2022. Con algo de suerte, harán su vida un poco más feliz, más segura y, nos atrevemos a afirmar, mejor.

1. La autenticación multifactor. La verificación en dos pasos puede resultar molesta. A veces, solo queremos escribir la contraseña y terminar, sin tener que introducir palabras sin sentido o un conjunto aleatorio de números enviados por correo electrónico o mensaje de texto. Pero nuestro editor sénior de ciberseguridad, Patrick Howell O’Neill, destaca que activar la autenticación multifactor es su principal consejo para las personas interesadas en proteger sus cuentas online“Es la forma más fácil de dar el mayor salto en la seguridad online para todas las cuentas importantes”, sostiene. Y después de un año de ataques de ransomware y hackeos sin precedentes, ¿qué hay que perder?

Afortunadamente, añadir la autenticación multifactor es más sencillo que nunca. “Esto variará de una plataforma a otra, pero, en general, hay que entrar en la configuración de las cuentas más importantes (por ejemplo, correo electrónico, redes sociales, el banco) y seguir las instrucciones para agregar autenticación”, explica. Eso es todo. Las opciones de autenticación de correo electrónico son excelentes primeros pasos. También se puede explorar el uso de las apps de autenticación como Google Authenticator o las soluciones de hardware como YubiKeys para mayor seguridad.

Se sentirá mucho mejor después. “Por un par de minutos de trabajo, según muestran los estudios, podrá defenderse de manera efectiva de más del 90 % de los ataques“, subraya Patrick.

2. Reconsidere el envío en dos días. Cuando a principios de diciembre pregunté en Twitter sobre los propósitos tecnológicos, muchas personas escribieron que tenían la intención de deshacerse de Amazon Prime. Algunos explicaron que querían mejorar su huella ambiental, otros que preferirían no financiar las conquistas espaciales del fundador de Amazon, Jeff Bezos, y había quienes querían apoyar a las pequeñas empresas.

La escritora Em Cassel dio ese paso y dejó de usar Amazon a principios de 2021. En un artículo sobre su decisión publicado en Vice, admitió que había “vuelto las cosas un poco menos fáciles”. Pero eso le abrió los ojos a una multitud de empresas a las que nunca había pensado llegar. Descubrió Etsy, de valor incalculable para los productos de hogar y el material de oficina. Para libros y prensa, recurrió a Bookshop, que apoya a las librerías independientes y compra directamente de las editoriales. También pudo centrarse en las empresas y sitios que coinciden con su ética, como Blk + Grn, el mercado que respalda comercios independientes de personas negras, así como Depop para productos de segunda mano.

Dejar Amazon no es algo que todos se puedan permitir, reconoce Cassel. Pero la escritora sugiere pensar unos segundos antes de añadir algo al carrito de compra y preguntarse si realmente necesitamos que nos entreguen ese producto en dos días. “Es un músculo que hay que entrenar”, señala. “Pero hubo un tiempo antes de Amazon, y habíamos sobrevivido“.

3. Hacer la próxima reunión por teléfono. La pandemia nos ofreció la flexibilidad de reunirnos en cualquier lugar y en cualquier momento, pero no todas las reuniones tienen que ser viéndonos las caras.

A principios del año pasado, decidí reducir los chats de vídeo y optar en su lugar por hacer llamadas telefónicas tanto como fuera posible. Si no puedo hacerlo sin Zoom y ambas partes estamos de acuerdo, desactivaremos el vídeo. Creo que puedo concentrarme más en una conversación cuando no me distraigo por mi propia cara mirándome (“¿Es eso un nuevo grano que me está saliendo? Hum, ¡tendría que regar esta planta!) y estaría más presente. ¿Y no es así como debería ser una buena conversación?

No quiero que se me interprete mal: disfruto cuando de repente aparece algún bebé o cachorro igual que cualquier otra persona. Pero los chats de vídeo pueden ser agotadores. El profesor de la Universidad de Stanford (EE. UU.) e investigador de realidad virtual Jeremy Bailenson me explicó a principios del año pasado que las herramientas de videoconferencia a menudo presentan rostros que nuestro cerebro interpreta como si estuvieran a dos pies (unos 60 centímetros) de distancia de nosotros, lo que activa la respuesta de alerta, de luchar o escapar. Si experimentamos mucho de eso, acabamos agotados. Y si añadimos las presiones sociales para mantener un fondo limpio de Instagram, junto con la necesidad de generar ideas, incluso siendo introvertidos, las videoconferencias pueden convertirse en una verdadera molestia.

4. La bandeja de entrada infinita. Tengo un problema con el correo electrónico y muy grande. Soy ese tipo de persona que se horroriza con una bandeja de entrada llena de miles de correos electrónicos no leídos. Pero eso significa que pierdo mucho tiempo haciendo clic en los últimos anuncios de oferta de vaqueros para asegurarme de que todos los mensajes se lean y procesen.

En los tiempos anteriores a 2019, la periodista Taylor Lorenz, entonces reportera del The Atlantic, fue defensora oficial del “infinito de la bandeja de entrada”. Lorenz repasa su correo electrónico para ver si algo sobresale o parece importante. Si con una mirada superficial nada le llama la atención, lo ignora.

Mi propósito relacionado con el correo electrónico personal es el siguiente: cancelar la suscripción a lo que no necesito y todas las mañanas eliminar tantos correos como sea posible utilizando la técnica de Lorenz. Mi bandeja de entrada no se convertirá en un océano interminable de mensajes sin leer y podría evitar comprar impulsivamente unos vaqueros en rebajas.

5. Ser crítico con las noticias. Es, de nuevo, un año electoral en Estados Unidos, en medio de la pandemia y agitación social. Y eso significa que nuestras redes sociales, ondas de radio y chats grupales estarán repletos de información que puede ser cierta o no. Vean nuestros consejos y piensen en lo que leen antes de difundirlo.

Mientras tanto, también involucren a los jóvenes en su vida. “Uno de nuestros informes de investigación de 2019 reveló que más de un tercio de los alumnos de secundaria en EE. UU. había dicho que ‘rara vez’ o ‘nunca’ aprendían a valorar la fiabilidad de las fuentes”, según la fundadora de la organización Reboot Foundation, Helen Lee Bouygues, que promueve las habilidades de pensamiento crítico en jóvenes y padres. “Generalmente, los jóvenes no disponen de las habilidades necesarias para reconocer la propaganda o la desinformación cuando la ven online“.

Bouygues anima a los padres a mantener una línea de comunicación abierta sobre las tendencias y las noticias que los chicos ven en las apps como TikTok, donde la desinformación sobre la COVID-19 se propagaba de manera descontrolada.

También señala que algo que todos podemos hacer, tanto niños como adultos, es aprender a controlar nuestras emociones al leer las noticias. “Cuando lean un artículo o reciban una nueva información, pregúntense: ¿De dónde proviene esta información? ¿Es fiable? ¿Por qué? ¿Cómo influye la fuente en el lector o espectador?“.

6. Silenciar las notificaciones. Si no quiere hacer nada propuesto en esta lista, por lo menos puede silenciar algunas (o todas) las notificaciones de las apps en su teléfono. Le ayudará a bajar su consumo de noticias, a concentrarse y a reducir la ansiedad, todo al mismo tiempo.

Las notificaciones son una gran distracción porque parecen unas emergencias a las que debemos prestar atención, explica el profesor de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) John McAlaney, que publicó un estudio a principios del año pasado sobre cómo aplazar las cosas online.  McAlaney resalta: “En el pasado, había relativamente pocas posibilidades de que recibiéramos información social; podíamos hablar con nuestros vecinos, llamar por teléfono a nuestros amigos y familiares y ver las noticias, pero también teníamos momentos en nuestro día cuando había poca información nueva disponible”. En la actualidad, las notificaciones nos llaman la atención sobre alguna información, la busquemos o no.

Silenciar las notificaciones puede resultar un poco incómodo: ¿qué pasa si perdemos algo importante? Pero la mayoría de las personas con las que hablé dijeron algo parecido sobre esta preocupación: los que necesitan comunicarse con usted sabrán cómo hacerlo, ya sea a través de un mensaje de texto o una llamada telefónica. Su salud mental y la atención se lo agradecerán.

7. El mes de enero de la limpieza digital. Si tienen mucha motivación, sigan el ejemplo de mi colega periodista especializada en derechos digitales y democracia Tate Ryan-Mosley. Este enero celebrará su cuarta limpieza digital anual (Digital Cleanup January), en la que dedica cuatro semanas a reordenar cada parte de su vida digital: correos electrónicos, archivos, seguridad y teléfono.

Así es como funciona:

En la semana 1, Tate hace una “gran limpieza” de su correo electrónico, cancelando la suscripción a boletines informativos y otras listas que no le hacen falta y eliminando correos electrónicos que nunca leerá. También pasa un día comunicándose con las personas que podrían haberle enviado correos electrónicos y a quienes aún no había respondido. El año nuevo es un buen momento para reactivar esas conexiones y permite que Tate inicie nuevas conversaciones con las personas que le importan.

La semana 2 está dedicada a la organización de archivos: limpiar archivos en la nube, en el escritorio y en cualquier unidad y colocarlos ahí donde deberían estar. Tate admite: “Es la semana que menos me gusta. Pero al final, parece que realmente he logrado algo”. ¿El consejo de Tate? No organizar los archivos por fecha, sino por categoría en general. Y pensar en la organización de archivos como un verdadero trabajo, porque lo es. Explica: “Lo hago en los descansos en el trabajo si estoy esperando una reunión, o le reservo una hora y escucho música y lo hago bien”.

La semana 3 de la limpieza digital de Tate está dedicada a la seguridad. Tate revisa cada cuenta personal confidencial y crea nuevas contraseñas únicas con la ayuda del administrador de contraseñas LastPass. También en esta semana Tate se busca a sí misma en Google para eliminar cualquier información confidencial, como su número de teléfono personal y la dirección, que podría aparecer por ahí en internet. Tate confía en la guía del New York Times sobre doxxingdisponible aquí, que ofrece instrucciones claras sobre cómo mantener segura la información privada online.

La semana 4 es la más divertida, según Tate. Esta semana es para limpiar las fotos acumuladas de su teléfono, eliminar las apps que no utiliza y reorganizar la pantalla de inicio. Tate resalta: “Lo bueno es que no tengo que estar sentada en mi mesa para hacerlo. Podría estar esperando en una cola o viendo la televisión”. En esta semana, Tate también desactiva sus notificaciones (ver más arriba).

Para Tate, Digital Cleanup January no es necesariamente una actividad divertida. ¿Qué propósito lo es al fin y al cabo? Pero cuando llega febrero, ha conseguido mucho. Admite: “Me siento muy bien el resto del año. Y en diciembre, ya tengo muchas ganas de ocuparme de todo esto de nuevo. Me encanta cómo me siento después”.

8. Por último, recuerde que hay todo un mundo ahí fuera aparte de la tecnología. Érase una vez cuando la gente no doblaba su cuello por encima de sus teléfonos, no practicaba ese movimiento del dedo pulgar para ojear las redes sociales eternamente. Algunos leían libros. Otros charlaban con los que tenían a su alrededor, o simplemente desconectaban un poco.

El profesor de Ciencias de la Computación de la Universidad de Georgetown (EE. UU.) Cal Newport aboga fuertemente por modificar la relación con la tecnología, especialmente cuando no es necesaria de verdad. Destaca: “Cuando se implementa la tecnología en las cosas que son importantes, es algo útil. Cuando usamos la tecnología como una distracción predeterminada de los pensamientos o experiencias desagradables, puede convertirse en un problema”. Así que dejen el teléfono y sientan esas emociones, aunque fueran el aburrimiento, la tristeza o la ansiedad. Eso podría hacer que nos sintamos un poco más humanos de nuevo.

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