Nuevo potencial para el seguimiento de tormentas violentas

Solo en los últimos meses, los ciclones Fani, Idai y Kenneth han causado efectos devastadores para millones de personas. Como se espera que la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos aumenten por el cambio climático, su previsión y seguimiento precisos son más importantes que nunca. Y un satélite de la ESA está sirviendo de ayuda a este respecto.

SMOS, que pronto celebrará diez años en órbita, mide la humedad del suelo y la salinidad de los océanos para ayudarnos a comprender mejor el ciclo del agua. Más allá del aporte científico de sus mediciones, los beneficios de SMOS se están extendiendo hasta llegar a las aplicaciones cotidianas, como la vigilancia y mejora de la predicción de grandes tormentas.

El problema al observar huracanes y ciclones desde el espacio es que los satélites que transportan cámaras no pueden ver a través de las masas de densas nubes en rotación para medir la velocidad del viento.

Vientos superficiales bajo el ciclón Idai medidos por SMOS

Tradicionalmente, la principal fuente de información para medir la velocidad de los vientos en aguas oceánicas eran los dispersómetros a bordo de satélites, pero SMOS puede ofrecer información adicional sobre tormentas violentas.

El satélite aloja un radiómetro de microondas que captura imágenes de temperatura de brillo. Estas mediciones indican la radiación emitida por la superficie terrestre, que permite derivar información sobre la humedad del suelo y la salinidad de los océanos.

Los vientos fuertes sobre los océanos provocan oleaje y espuma en la cresta de las olas, lo que afecta a la radiación de microondas desde la superficie. Así, los cambios en la radiación pueden asociarse directamente a la fuerza del viento en el mar.

“Aunque avanzamos continuamente en nuestra comprensión de la física que subyace al ciclo vital de las tormentas tropicales y su transformación en huracanes y ciclones, no hay nada como mejorar nuestra capacidad de medición para ayudar a definir el carácter de una determinada tormenta”, señala Nicolas Reul, de Ifremer.

“Aunque los datos de SMOS tienen una resolución espacial de 40 km, la cobertura regular y repetida de su barrido y la capacidad de ofrecer mediciones de la estructura de la velocidad de los vientos superficiales con fuerza de huracán en presencia de fuertes precipitaciones son únicas”.

Ciclón Idai al oeste de Madagascar

Hace tiempo que se sabe que SMOS puede emplearse para calcular las velocidades de los vientos superficiales en el mar en casos de meteorología extrema, pero tal y como se ha destacado esta semana durante el Living Planet Symposium, ahora también se está poniendo en práctica.

Los experimentos demuestran que SMOS puede, por ejemplo, ayudar a reducir entre 36 y 72 horas los errores en los plazos de previsión en zonas extratropicales.

La ESA, OceanDataLab e Ifremer han iniciado juntos un servicio de datos de viento con SMOS que proporciona información sobre velocidad de los vientos superficiales en el mar en tiempo casi real (3-6 horas desde su detección).

El servicio lleva en estado preoperativo desde septiembre de 2018, ofreciendo datos a usuarios escogidos, como el Centro Nacional de Huracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el Laboratorio de Investigación Naval (NRL) y el Centro Conjunto de Advertencia de Tifones (JTWC) de los Estados Unidos, que están evaluando los beneficios potenciales.

La importancia de este tipo de mediciones va más allá de la propia misión SMOS, ya que su continuidad se está estudiando en el contexto de una de seis posibles futuras misiones de Copernicus.

Como explica Craig Donlon, de la ESA: “El concepto del radiómetro de microondas para generación de imágenes de Copernicus es una misión global, pero centrada en la región ártica y sus rápidos cambios, donde los vientos fuertes y la salinidad tienen un papel fundamental para el sistema oceánico”.

“No hay duda de que SMOS nos ha permitido explorar y seguir desarrollando el enorme potencial de las medidas de radiometría de microondas de banda L para el océano”.

ESA