Nuestros antepasados aún trepaban a los árboles incluso cuando ya podían caminar

Un nuevo estudio ha hallado evidencias de escalada regular en huesos de homínidos de hace entre uno y tres millones de años.

Fotografía aérea del yacimiento en la cueva Sterkfontein en Sudáfrica / Dominic Stratford

Que nuestros antepasados fueron unos expertos en subir a los árboles es algo ampliamente probado por la ciencia: igual que nuestros parientes simios más cercanos, como los chimpancés, los gorilas y los orangutanes, los ancestros del hombre utilizaron las ramas como cobijo o lugar en el que encontrar sustento. Sin embargo, la pregunta que hace alusión a cuándo bajamos de ellos para comenzar a andar sobre nuestras dos piernas, un rasgo que nos identifica claramente como humanos, es una incógnita que aún perdura. Incluso si hubo un momento en el que combinamos la vida en el suelo con las travesías regulares entre rama y rama. Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Kent afirma haber encontrado evidencias de que esta importante transición no fue tan abrupta como se pensaba.

La investigación señala que algunos de nuestros ancestros homínidos combinaban de manera habitual ambos ambientes hace tan solo entre uno y tres millones de años, tal y como refleja el estudio publicado en la revista « Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). Esta nueva investigación, basada en el análisis de huesos fósiles de las piernas, proporciona pruebas de que al menos una especie de homínido (no está claro si el Paranthropus robustus o se trata del un Homo temprano, ya que ambos coincidieron en espacio y tiempo) adoptó regularmente articulaciones de cadera muy flexionadas, una postura asociada a la escalada de árboles por parte de otros simios.

«Si bien sabemos que todos los ancestros humanos practicaron alguna forma de bipedación -caminaban sobre sus dos pies-, no está claro cuándo (y qué) ancestros humanos caminaron de la misma manera que los humanos modernos», afirman los investigadores. «Cada vez hay más evidencias de que estos antepasados caminaron sobre sus dos patas de una forma distinta a la nuestra, y muchos fósiles todavía muestran características de simios, especialmente en sus extremidades superiores. Por lo tanto, ha habido un largo debate sobre la importancia de la escalada (locomoción arbórea) en nuestra historia evolutiva, y si nuestros antepasados estaban centrados en caminar solo por el suelo o si los árboles todavía eran una parte importante de su estilo de vida».

En busca del secreto interno de los huesos

El equipo analizó y comparó las estructuras óseas internas de dos huesos de piernas halladas en la cueva Sterkfontein, en Sudáfrica, en una expedición hace unos 60 años. La datación sitúa estos restos hace entre 1 y 3 millones de años y se sabe que ambos eran bípedos. De forma externa, en ambos casos se mostraba una articulación más parecida a la humana que a la de un simio, lo que sugiere que estos antiguos homínidos, efectivamente, caminaban sobre sus dos piernas. Sin embargo, al analizar el interior de la cabeza del fémur con técnicas de microtomografía de alta resolución (microCT) -que es similar a las tomografías computerizadas, pero con mayor resolución-, el equipo cayó en la cuenta de que las articulaciones de la cadera cargaban de forma más parecida a la de los primates que se suben a los árboles.

Representaciones digitales basadas en CT de los fósiles StW 522 (Australopithecus africanus) y StW 311 (Paranthropus / Homo). Las dos imágenes superiores muestran los fósiles tal como se conservan. Las dos imágenes inferiores muestran secciones transversales a través de los fósiles para revelar el hueso trabecular, cuya distribución revela que estos individuos practicaron diferentes frecuencias de escalada / Matthew Skinner

«Ha sido un desafío encontrar una solución a los debates sobre cómo exactamente nuestros antepasados caminaron bípedos y si todavía trepaban a los árboles porque la forma externa de los huesos puede ser engañosa. En particular, no está claro si las características de simios en algunos fósiles homínidos todavía eran funcionalmente útiles, o si eran simplemente reminiscencias de un ancestro más arbóreo que aún no se había perdido (porque el comportamiento puede evolucionar más rápido que la morfología)», explican los investigadores.

Cuando comenzamos a andar sobre dos patas

Se sabe que los primeros antepasados humanos que comenzaron a andar sobre sus dos piernas lo hicieron hace entre 4 y 7 millones de años, si bien llevaban a cabo esta práctica de manera ocasional, siendo los árboles su medio natural. El consenso general apuntaba a que fue hace aproximadamente 2 millones de años cuando nuestros parientes, tanto Paranthropus como los primeros Homo, empezaron a hacer vida en el suelo de forma regular, pasando a la escalada esporádica.

«Pero la evidencia ha sido escasa, controvertida y no aceptada apliamente. Nuestros resultados proporcionan pruebas directas de que los miembros de una de estas especies adoptaron regularmente articulaciones de cadera muy flexionadas, una postura que en otros simios no humanos está asociada con la escalada de árboles», afirman. Es decir, que andamos por el suelo tanto como trepamos a los árboles.

Posible revolución

Además de la evidencia de que estos especímenes vivieron en tierra y en «aire», los líderes de la investigación, Leoni GeorgiouMatthew Skinner y Tracy Kivell, de la Escuela de Antropología y Conservación de la Universidad de Kent, subrayan que esta técnica puede aportar luz a secretos que aún existen dentro de los huesos fósiles, lo que puede alterar o incluso revolucionar literalmente lo que creemos saber de nuestros antecesores.

«Es muy emocionante poder reconstruir el comportamiento real de estas personas que vivieron hace millones de años y, cada vez que exploramos con esta nueva tecnología un nuevo fósil, es una oportunidad de aprender algo nuevo sobre nuestra historia evolutiva», afirma Georgiou. Por su parte, Skinner apunta: «Ha sido un desafío resolver debates sobre el grado en que la escalada siguió siendo un comportamiento importante en nuestro pasado. Un análisis posterior de la estructura interna de otros huesos del esqueleto puede revelar hallazgos interesantes sobre la evolución de otros comportamientos humanos clave, como la fabricación de herramientas de piedra y el uso de herramientas. Nuestro equipo de investigación ahora está ampliando nuestro trabajo para observar las manos, los pies, las rodillas, los hombros y la columna vertebral».

ABC