Los continentes de la Tierra comenzaron a formarse hace 3.200 millones de años

Revelación tras comparar la evolución del manto de la Tierra con la de los continentes, usando mediciones de grandes depósitos de plomo y zinc.

Un nuevo estudio data la formación de los continentes de la Tierra. / UNIVERSIDAD DE CURTIN.

Una nueva investigación ha logrado determinar que la formación de los continentes de la Tierra se inició hace aproximadamente 3.200 millones de años: en ese momento comenzó la tectónica de placas a escala global, un proceso que todavía domina el sistema terrestre en la actualidad y que podría tener un valor crucial para el desarrollo de la vida, ya que la Tierra es el único planeta de nuestro Sistema Solar que tiene placas tectónicas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Curtin, en Australia, ha establecido un nuevo marco para fechar la evolución de la Tierra, incluyendo la formación de los continentes. Luego de analizar los depósitos de plomo y zinc de Australia y una vasta base de datos global, determinó que el punto crucial en el desarrollo geológico de nuestro planeta tuvo lugar hace unos 3.200 millones de años.

De acuerdo al nuevo estudio, publicado en la revista Earth Science Reviews, fue entonces cuando la Tierra pasó de una estructura “de capas” a un diseño más complejo con sectores en movimiento, posiblemente impulsado por el inicio de la tectónica de placas a nivel planetario, un proceso que actualmente sigue siendo clave en la dinámica de la Tierra.

La formación de la Luna y los cambios en la Tierra

Para llegar a esta conclusión, los científicos se preguntaron cuándo los continentes, tal como los conocemos hoy, se formaron por primera vez. La búsqueda de una respuesta exigió determinar en qué momento la composición de la corteza continental comenzó a diferir significativamente de la del manto terrestre, desde el cual proviene el material que compone los continentes.

Los especialistas se plantearon el desafío de entender cómo evolucionó el manto de la Tierra desde el impacto que derivó en la formación de la Luna, hace unos 4.500 millones de años, cuando un asteroide gigante del tamaño del planeta Marte chocó con la proto-Tierra. En ese momento se produjo una fuerte modificación del núcleo y el manto de nuestro planeta.

“Utilizamos composiciones de isótopos de plomo de muestras de rocas a través del espacio y el tiempo, incluidos meteoritos primitivos que se formaron al mismo tiempo que el Sistema Solar y varios componentes de las capas de la Tierra, para reconstruir la evolución del manto del planeta”, indicó en una nota de prensa el Dr. Luc Doucet, autor principal de la nueva investigación. Es importante destacar que el enfoque para analizar las curvas del sistema isotópico de uranio-plomo, implementado en este estudio, podrá ser utilizado a futuro por otros investigadores para fechar otros fenómenos geológicos.

La tectónica de placas, clave para los continentes y para la vida en el cosmos

De esta forma, los científicos australianos lograron comparar la evolución del manto de la Tierra con la de los continentes, usando mediciones de grandes depósitos de plomo y zinc, conocidos por “rastrear” la composición de la corteza continental a lo largo del tiempo. Vale recordar que Australia es especialmente rica en este tipo de depósitos: posee reservas de 52 mil millones de toneladas de mineral de plomo-zinc, que oscilan entre los 3.400 millones de años y los 285 millones de años de antigüedad.

El análisis de los depósitos de plomo y zinc indicó que comenzaron a exhibir diferencias notables con respecto al manto de la Tierra hace unos 3.200 millones de años. En ese período de la historia del planeta, la tectónica de placas comenzó a impulsar la formación de los continentes. La tectónica de placas indica que la capa más externa de la Tierra está divida en una docena o más de placas de diferente tamaño, que se mueven y cambian su posición a partir de sus interacciones a lo largo del tiempo.

Todo indica que esta dinámica ha sido trascendental para el desarrollo de la vida, e incluso otro estudio publicado este año concluye que la tectónica de placas sería indispensable para que la vida nazca en cualquier punto del Universo. De esta manera, quizás no es azaroso que la Tierra sea el único planeta de nuestro Sistema Solar que tiene placas tectónicas y, por lo menos con la información que tenemos hasta el momento, el único que ha sido capaz de albergar vida.

Referencia

The global lead isotope system: Toward a new framework reflecting Earth’s dynamic evolution. Luc S. Doucet et al. Earth-Science Reviews (2023). DOI:https://doi.org/10.1016/j.earscirev.2023.104483

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