Las cucarachas están evolucionando rápidamente para volverse casi «imposibles de controlar», según estudio

Las cucarachas pueden vivir prácticamente en cualquier lugar del mundo, algo que vienen haciendo desde hace más de 300 millones de años.

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Cumplen un rol importante en este planeta, pero algunas especies también representan una seria amenaza para la salud humana. Son portadoras de decenas de tipos de bacterias, como la E. coli y la salmonela, que pueden enfermar a las personas. Por esta razón, es preferible mantener a estos bichos alejados del hogar.

El hecho de que se adapten a cualquier entorno ha resultado molesto para los humanos a lo largo de los años, pero conseguir deshacerse de ellas de los entornos hogareños es un desafío. Los investigadores han estado buscando formas eficaces de control de plagas, aunque parece que cuando de las cucarachas se trata, es probable que no quieran quedarse atrás.

Un estudio publicado en Scientific Reports revela que las cucarachas alemanas (Blattella germanica L.) son cada vez más difíciles de eliminar, ya que desarrollan una resistencia cruzada a los mejores insecticidas de los exterminadores. Representa un desafío importante ya que esas cucarachas frecuentan en las zonas urbanas.

«Se trata de un reto hasta ahora desconocido para las cucarachas», dijo en un comunicado Michael Scharf, profesor y presidente de OW Rollins/Orkin. «Que las cucarachas desarrollen resistencia a múltiples clases de insecticidas a la vez hará que controlar estas plagas sea casi imposible solo con productos químicos».

Los investigadores probaron diferentes tratamientos de tres insecticidas durante seis meses. Las cucarachas fueron capturadas antes del estudio y sometidas a pruebas de laboratorio para determinar los insecticidas más eficaces para cada tratamiento. En uno de los tratamientos, se rotó el uso de tres insecticidas de diferentes clases cada mes durante tres meses y luego se repitió. En el segundo, utilizaron una mezcla de dos insecticidas de diferentes clases durante seis meses. En el tercero, eligieron un insecticida al que las cucarachas tuvieran una baja resistencia inicial y lo utilizaron todo el tiempo.

Sorprendentemente, al finalizar la prueba las poblaciones de cucarachas no habían reducido. La mezcla de dos insecticidas no funcionó, y con el uso de un solo insecticida las poblaciones de cucarachas florecieron.

En pruebas de laboratorio posteriores con las cucarachas que sobrevivieron, los investigadores descubrieron que la resistencia cruzada probablemente desempeñaba un papel importante. Un determinado porcentaje de cucarachas era resistente a una clase concreta de pesticida. Según explican en el comunicado, las que sobrevivían a un tratamiento y su descendencia eran esencialmente inmunes a ese insecticida en adelante. Pero también adquirían resistencia a otras clases de insecticidas, incluso si no habían estado expuestas a ellos y no habían tenido resistencia anteriormente.

«Veíamos que la resistencia se multiplicaba por cuatro o seis en solo una generación», dijo Scharf. «No teníamos ni idea de que algo así pudiera ocurrir tan rápido».

Una cucaracha puede dejar alrededor de 40 crías cada tres meses, así sea solo un pequeño porcentaje se volviese resistente a un insecticida y, esas cucarachas adquieren resistencia cruzada, una población abatida por un único tratamiento podría volver a florecer en cuestión de meses.

Como cada clase de insecticida actúa de forma diferente para matar a las cucarachas. La esperanza es que, aunque un pequeño porcentaje de cucarachas sea resistente a una clase, los insecticidas de otras clases las eliminen. De todos modos, es una situación preocupante y aunque no puedan sobrevivir a un pisotón, pueden hacerlo con facilidad a los productos químicos.

La investigación se ha publicado en Scientific Reports.

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