La nave Voyager 2 de la NASA entra en el espacio interestelar

Otro momento histórico para la ciencia. Es la segunda sonda espacial en salir de la heliosfera.

Es un hecho. La Voyager 2 ha entrado en el espacio interestelar. La nave espacial salió de la enorme burbuja de partículas que rodea el sistema solar el 5 de noviembre, convirtiéndose en la segunda nave hecha por el hombre en cruzar la heliosfera, el límite entre el Sol y las estrellas. La primera fue la Voyager 1.

Llegar en segundo lugar no es un logro menos fabuloso que hacerlo en primer lugar. La Voyager 1 se convirtió en la primera nave espacial en salir del sistema solar en 2012, pero el instrumento de plasma de la nave dejó de funcionar en 1980, dejando a los científicos sin una visión directa del viento solar. Los sensores de plasma de la Voyager 2 aún funcionan, brindando vistas sin precedentes del espacio entre las estrellas.

“Hemos estado esperando con gran expectación los últimos meses para poder ver esto”, dijo el físico solar de la NASA, Nicola Fox, en una rueda de prensa el 10 de diciembre en el marco de la reunión de la American Geophysical Union en Washington, DC (EE. UU.).

Un gran viaje

La NASA lanzó las naves espaciales gemela Voyager en 1977 en un gran recorrido por los planetas del sistema solar. Una vez que terminó el recorrido inicial, ambas naves continuaron viajando a través de la burbuja de plasma que se origina en el sol.

“Cuando se lanzó la misión Voyager, no sabíamos cómo de grande era la burbuja, cuánto tardaría en llegar a su límite y si la nave espacial podría durar lo suficiente para llegar allí”, comentó el científico del proyecto Voyager, Edward Stone.

Durante la mayor parte del viaje de la Voyager 2, el Experimento de ciencia de plasma de la nave espacial midió la velocidad, densidad, temperatura, presión y otras propiedades del viento solar. Pero el 5 de noviembre, sobrevino una fuerte caída en la velocidad y la cantidad de partículas de viento solar que golpean el detector cada segundo. Al mismo tiempo, otro detector comenzó a recoger más partículas de alta energía llamadas rayos cósmicos que se originan en otras partes de la galaxia.

Esas mediciones sugieren que la Voyager 2 ha alcanzado la región donde el viento solar choca contra la población más fría y más densa de partículas que llenan el espacio entre las estrellas. La Voyager 2 está ahora a poco más de 18.000 millones de kilómetros del sol.

Curiosamente, las mediciones de los rayos cósmicos y los campos magnéticos de la Voyager 2, que la Voyager 1 aún podía realizar cuando cruzaba el límite, no coincidían exactamente con las observaciones de la primera sonda espacial.

Se lanzó 16 días antes que la Voyager 1, pero la trayectoria de esta última permitió que alcanzara el espacio entre las estrellas seis años antes que la Voyager 2.

“Eso es lo que lo hace interesante”, dijo Stone. Las variaciones probablemente se deban al hecho de que las dos naves espaciales salieron de la heliosfera en diferentes lugares, y que el Sol se encuentra en una parte diferente de su ciclo de actividad de 11 años de lo que lo estaba en 2012. “Nos habría sorprendido si ambas hubieran ‘mirado’ lo mismo”.

Los Voyagers probablemente tienen entre 5 y 10 años para continuar explorando el espacio interestelar, según la gerente de proyectos Voyager, Suzanne Dodd, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.

“Ambas naves espaciales están muy saludables si las consideras personas mayores”, dijo Dodd. La mayor preocupación es la cantidad de energía que les queda y el frío que pasen. La Voyager 2 está actualmente a aproximadamente 3.6 ° C, cerca del punto de congelación de su combustible de hidracina. En un futuro cercano, el equipo tendrá que apagar algunos de los instrumentos de la nave espacial para mantener la nave operativa y que envíe datos a la Tierra.

“Tenemos decisiones difíciles por delante”, sentenció Dodd.

Los expertos esperan que la nave dure hasta 2027. “Eso sería fantástico”, concluye Dodd.

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