Estos investigadores quieren crear impresoras 3D que se mueven como robots

La iniciativa Break the Grid tiene un plan para reparar las deficiencias en el entorno en con ayuda de impresoras 3D que se mueven de forma autónoma.

Sergi Lopez Roig, / Break the Grid

Las aplicaciones de la impresión 3D afloran como las setas en otoño. Desde que la tecnología se abaratara a un nivel asequible hace unos años no dejan de surgir posibilidades que enriquecen este campo.

Los especialistas han creado máquinas que construyen casas enteras, mientras que también han explorado la posibilidad de reproducir órganos con la bioimpresión 3D. Sin embargo, hasta ahora no se había contemplado la posibilidad de una impresora 3D móvil. Ni que decir tiene hay muchas que son transportables. Aquella que levanta una casa, no, por supuesto. Pero las destinadas a crear objetos de un tamaño moderado, sí son transportables.

El concepto de la iniciativa Break the Grid es diferente, en cambio. Se trata de crear impresoras 3D robots. Máquinas que puedan desplazarse por sí solas allá donde se necesiten. La idea es aunar la tecnología de impresión 3D con la conducción autónoma para vehículos de todo tipo.

La propuesta parte de tres compañías danesas, GXN Innovation, The Danish A; Hub y Map Architects, que han imaginado lo que las impresoras 3D podrían hacer si fueran capaces de nadar, volar o reptar.

Sergi Lopez Roig, / Break the Grid

Con esta idea en mente las empresas han diseñado tres impresoras 3D. Cada una de ellas abarca un medio: tierra, mar y aire. La terrestre es un robot de seis patas que podría destinarse a corregir irregularidades en el asfalto de las carreteras. La máquina que sería capaz de desplazarse en el agua se podría usar para mezclar pegamento con arena y formar barreras de coral. La impresora 3D que vuela estaría orientada a añadir aislante térmico en edificios muy altos.

Una aproximación futurista a las reparaciones

La visión de la iniciativa Break the Grid es realmente rompedora. Por ahora solo son diseños sobre el papel –más bien en el ordenador– pero también son una forma de pensar más allá. Hasta el momento no se había planteado la posibilidad de que las impresoras 3D pudieran moverse autónomamente. Lo que han hecho estos entusiastas ha sido abrir esa puerta.

Las ventajas, sin duda, serían relevantes. A la hora de repoblar los corales, uno de los usos que se ha explorado para las impresoras 3D, no sería necesario llevar todo un equipo de personal para llevar a cabo la tarea. En cuanto a reparaciones puntuales, como las que podrían darse en las carreteras, estas se podrían arreglar de forma frecuente , en lugar de esperar a que estuvieran extensamente dañadas para desplegar la maquinaria.

Sergi Lopez Roig, / Break the Grid

Las impresoras 3D voladoras –la versión más futurista de estas máquinas– estaría orientada a limitar el riesgo de algunos trabajos. Igual que los drones hacen hoy, con la inspección de tendidos eléctricos, estos dispositivos evitarían que los trabajadores desarrollaran su labor a gran altura.

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