El misterioso anillo invisible del planeta Haumea

Científicos brasileños investigan la extraña estructura que rodea al mundo enano con forma de balón de rugby.

Los planetas con anillos resultan fascinantes. Fácilmente reconocibles, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno destacan en nuestro imaginario del Sistema Solar prácticamente desde que somos niños. Pero no son los únicos mundos que juegan al hula hoop. Desde hace algunos años los astrónomos saben que los pequeños asteroides Cariclo y Quirón también están rodeados por los suyos propios. Y en 2017, descubrieron un anillo en Haumea, un misterioso planeta enano con forma de balón de rugby y dos lunas en su órbita ubicado más allá de Neptuno, en el cinturón de Kuiper.

La existencia del anillo de Haumea fue inferida por un grupo internacional que tomó medidas detalladas de las fluctuaciones de la luz mientras el planeta enano pasaba por delante de su estrella, lo que se denomina tránsito. El brillo del astro no solo se desvaneció por el paseo de Haumea sino también de otro objeto que fue reconocido como un anillo. Se cree que mide 70 kilómetros de ancho y tiene un radio de unos 2.000 kilómetros. Sin embargo, nadie lo ha visto nunca directamente porque es demasiado tenue y está demasiado lejos para ser detectado por los observatorios astronómicos en la Tierra. La distancia promedio entre ese mundo y el Sol es 43 veces mayor que la existente entre la Tierra y el Sol. Por eso, es muy difícil concluir cómo es en realidad.

Los primeros datos obtenidos sugerían que el anillo giraba alrededor del planeta en resonancia 1:3, lo que significa que cada partícula del anillo hace una revolución cada tres rotaciones de Haumea. Sin embargo, un nuevo estudio computacional realizado por investigadores brasileños cree que el anillo sería demasiado delgado para promover la acción de la resonancia. En cambio, han identificado una órbita periódica (que se repite con el tiempo) estable y casi circular en la misma región. Por eso, los investigadores concluyen que el anillo no está ubicado en la región del espacio previamente localizada.

Piel de cristal

En su trabajo, publicado en «Monthly Notices de la Royal Astronomical Society», los autores analizaron la dinámica de las partículas individuales en la región en la que se encuentra el anillo, con el objetivo de identificar su estructura y propiedades dinámicas. «Nuestro estudio no es observacional. No observamos directamente el anillo. Nadie lo ha hecho nunca», subraya Othon Cabo Winter, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Estatal de São Paulo (FE-UNESP) en Guaratinguetá, Brasil. Los resultados se sostienen sobre simulaciones que utilizan los datos disponibles sobre Haumea y el anillo, sujetos a la ley de gravitación de Newton, que describe los movimientos de los planetas.

Estudios anteriores creen que una nave espacial que supuestamente atravesara una brecha en el anillo de Haumea, se encontraría con partículas de diferentes tamaños, desde fragmentos milimétricos a otros de varios metros, pero no auténticas «montañas», como ocurre en los de Saturno. Haumea, el mundo que ayudó a defenestrar a Plutón, gira muy rápido, más que cualquier otro cuerpo de más de 100 km de todo el Sistema Solar, (su día dura 4 horas) y está compuesto en gran parte por agua helada, por lo que podría considerarse que tiene piel de cristal.

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