El método para aprender cualquier cosa… ¡Rápido!

El proceso de aprender algo nuevo es más rápido, va en ascenso porque se empieza de cero. Pero, con el tiempo, se vuelve más lento.

Nuestro cerebro es enigmático pero está capacitado para aprender cualquier cosa: un nuevo idioma, tocar un instrumento musical o dominar un deporte. Pero, por más complejo que parezca, estos conocimientos se adquieren de forma rápida, al menos al inicio.

Los expertos concluyeron que el mejor periodo de aprendizaje se da dentro de las primeras 20 horas de tener contacto con la materia en cuestión. Esto se debe a la capacidad de atención, interés y respuesta del cerebro frente a los nuevos estímulos.

A finales del siglo XIX el filósofo y psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus creó un método al cual llamó la curva del aprendizaje. Se compone de dos variables: la primera de ella es el eje vertical que representa los conocimientos a adquirir, la materia. Mientras que el eje horizontal representa las horas de estudio a invertir.

Con esta fórmula se puede calcular el tiempo que necesita un individuo para aprender una determinada cosa. Por ejemplo, esta práctica se puede implementar en una empresa para conocer el grado de dificultad de una tarea según el tiempo que tome en efectuarla. Ebbinghaus, mediante su diagrama, pretendió demostrar que el primer contacto con una materia es fundamental para la obtención de conocimientos.

Después de transcurrir cierto tiempo el aprendizaje se ralentiza. Se entra en una fase donde se busca el perfeccionamiento hasta lograr los objetivos y conocimientos. Por ende, es un periodo menos productivo. Este planteamiento está relacionado con un proceso del cerebro conocido como habituación y es la fase más primitiva que comprende el aprendizaje.

Dicho de otro modo: ante un nuevo estímulo la capacidad sensitiva y receptiva del cerebro se vuelve más intensa. Y, a medida que ese estímulo se repite, la capacidad de respuesta del cerebro es poco potente.

Por esta razón es que el proceso de aprender algo nuevo es más rápido, va en ascenso porque se empieza de cero. Pero, con el tiempo, se vuelve más lento.

La regla de oro: 5 horas

Josh Kauffman, escritor y experto en procesos didácticos y de productividad, alegó que ese periodo en la escalada del aprendizaje son las primeras 20 horas de contacto con una materia.

Nuestro cerebro está más atento a información y estímulos nuevos. Cuando ya se acostumbra, es como si bajase su interés.

Benjamin Franklin, uno de los fundadores de los Estados Unidos, ponía en práctica este método durante varias horas para aprender nuevas cosas. Le dio el nombre de “aprendizaje deliberado” o “la regla de las cinco horas como también se le conoce.

De lunes a viernes y por un promedio de una hora, Franklin se dedicaba a aprender algo nuevo. Después de un tiempo, o cuando ya dominaba cierto nivel, seleccionaba otra materia. Este proceso lo realizaba constantemente.

En su libro “Las primeras 20 horas. Cómo aprender cualquier cosa rápidamente”, Kauffman explica que si la regla de las 5 horas se realiza cada cuatro semanas se dominará con destreza.

Nuestro cerebro está más atento a información y estímulos nuevos. Cuando ya se acostumbra, es como si bajase su interés.

Pese a que este sistema tiene sus variables, es un método que ha sido adoptado por empresarios reconocidos como Mark Zuckerberg, Oprah Winfrey, Warren Buffett y Elon Musk.

El éxito de esta fórmula para el aprendizaje radica en dos aspectos: el interés de saber algo nuevo y la motivación para aprender de forma deliberada, tal y como lo expuso Benjamin Franklin.

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