EE UU no tiene cargadores suficientes para la transición a los vehículos eléctricos

Dos tercios de las ventas de coches nuevos en EE UU podrían ser vehículos eléctricos en 2032, y necesitaremos millones de cargadores nuevos para alimentarlos.

El Gobierno de EE UU está impulsando una oleada masiva de vehículos eléctricos, que llegarán a las carreteras en los próximos años. Sin embargo, el país no tiene suficientes cargadores instalados para alimentarlos a todos.

El 12 de abril, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) publicó una propuesta de normas que fijan límites a las empresas en cuanto a las emisiones totales de dióxido de carbono de las flotas de vehículos nuevos. Para garantizar su cumplimiento, los vehículos eléctricos deberán representar hasta el 60% de las ventas de vehículos nuevos fabricados en 2030, y hasta el 67% para el año 2032. Estas normas se aplicarán a los vehículos a partir del año 2027.

En la actualidad, el sector del transporte es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero en EE UU. Estos nuevos estándares forman parte de un creciente impulso del Gobierno federal estadounidense a los vehículos eléctricos, y otras formas de transporte de bajas emisiones. En 2021, el presidente Biden fijó el objetivo de que los VE representen la mitad de las ventas de vehículos nuevos para 2030. La Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act, en inglés) fue aprobada en agosto de 2022, e incluye créditos fiscales individuales de 7.500 dólares (unos 6.862 euros) para los nuevos vehículos eléctricos.

“Las medidas que adoptemos hoy acelerarán nuestra transición hacia un futuro con vehículos limpios, abordarán la crisis climática de frente y mejorarán la calidad del aire en las comunidades de todo el país”, declaró Michael Regan, administrador de la EPA, en la rueda de prensa de presentación de estas nuevas normas.

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Para dar servicio a todos esos nuevos vehículos eléctricos harán falta muchos cargadores, muchos más de los que hay ahora en EE UU. En la actualidad, solo hay unos 130.000 cargadores públicos instalados en todo el país, y una pequeña parte de ellos son cargadores rápidos. Esto supone un aumento del 40% desde el año 2020, según el comunicado de prensa de la EPA, pero sigue siendo insuficiente. Necesitaremos construir millones de cargadores nuevos en la próxima década.

La falta de infraestructuras de recarga es uno de los principales obstáculos para la adopción de los vehículos eléctricos, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Así, los cargadores públicos permiten a los conductores recorrer distancias más largas, y ofrecen un nivel crucial de fiabilidad.

En 2021, la administración Biden fijó el objetivo de 500.000 cargadores de vehículos eléctricos a disposición de la ciudadanía para el año 2030. Además, destinó 5.000 millones de dólares (unos 4.574 millones de euros) a la construcción de una red estatal de recarga. Con esa inversión, “veremos un rápido aumento de los cargadores rápidos de DC (corriente continua) a lo largo de las carreteras nacionales”, dijo Leilani González, directora de políticas de la Zero Emissions Transportation Association (ZETA), a través de un correo electrónico.

Algunos analistas consideran que esos objetivos no bastarán para alimentar a todos los vehículos eléctricos que podrían circular por las carreteras a finales de esta década. Según un informe de enero de S&P Global, si los vehículos eléctricos representaran solo el 40% de las ventas de vehículos nuevos en 2030 -menos del impulso previsto por las nuevas normas de la EPA-, EE UU necesitaría más de 2 millones de cargadores públicos instalados para entonces. Esa cifra incluye las unidades de acceso restringido, como las disponibles para los empleados de determinados lugares de trabajo.

“Necesitamos una fuerte inversión a escala estatal y federal en redes de recarga. Hay mucho trabajo por hacer“, afirma Robbie Orvis, director senior de Modelización y Análisis de Energy Innovation.

Según un estudio del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL, por sus siglas en inglés), entre el 70% y el 80% de la recarga de vehículos eléctricos se realiza en el hogar. Por tanto, además de los cargadores públicos, el creciente parque de vehículos eléctricos requerirá millones de cargadores domésticos nuevos. En total, si los VE representan algo más de un tercio de las nuevas ventas en el año 2030, se necesitarán 17 millones de cargadores domésticos, según un informe de 2021 del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés).

Esto no será barato. Solo la construcción de todos los centros de trabajo y cargadores públicos necesarios requerirá una inversión total de 28.000 millones de dólares (unos 25.640 millones de euros) entre los años 2021 y 2030, según el informe del ICCT.

Los propietarios de vehículos eléctricos asumirían el coste de instalar equipos de recarga en sus casas, pero podría haber barreras adicionales. La mayoría de las viviendas necesitan algún tipo de reforma eléctrica para poder recargar el VE, lo que puede resultar en una cara modernización. “En general, los edificios no están preparados para la recarga [de VE]”, afirma Dan O’Brien, analista de modelos en Energy Innovation.

Para agravar el problema de la recarga, también hay escasez de electricistas. Aunque la logística es desalentadora, el Gobierno no es el único que intenta construir una infraestructura de recarga, por ejemplo: empresas como Walmart también se esfuerzan por satisfacer esta demanda. La empresa tiene previsto instalar cargadores en miles de aparcamientos durante los próximos años.

La ola de vehículos eléctricos

No hay duda de que necesitaremos más cargadores; la única incertidumbre es cuántos habrá que enchufar y con qué rapidez. Las nuevas directrices de la EPA se suman a otras políticas federales y estatales que ya están elevando la curva de adopción del VE.

En 2022, California anunció nuevas normas sobre los vehículos que obligan a los fabricantes a vender una proporción cada vez mayor de vehículos de bajas emisiones. Esto incluye los vehículos eléctricos, los híbridos enchufables y también los coches con pila de combustible. De hecho, la norma prohíbe la venta de vehículos de gasolina en este estado a partir del año 2035. Además, el mandato podría tener repercusiones por todo el país, ya que 17 estados se han adherido a las normas anteriores de California sobre los vehículos, y varios ya han anunciado planes para adoptar las nuevas normas.

Según Jonas Nahm, profesor adjunto de Energía, Recursos y Medio Ambiente de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, EE UU), el anuncio de la EPA alineará la normativa federal con la californiana.

Asimismo, contribuirá a garantizar que los VE sigan vendiéndose una vez expiren los créditos fiscales de la Ley IRA a principios de la década de 2030. Aunque ya se esperaba que los créditos fiscales individuales y otros incentivos de dicha ley aumentarán las ventas previstas de VE de menos del 40% en 2030 a casi el 60%, según el modelo de Energy Innovation. Es decir, estos incentivos permitirían que las ventas de vehículos eléctricos cumplan las directrices propuestas por la EPA. Pero a algunos expertos les preocupa que, si caducan, a principios de la década de 2030 se vuelva a los coches de gasolina, explica Orvis.

Mandatos como las nuevas normas federales podrían ser clave para cimentar el futuro de los VE. “Para cumplir estos objetivos, los fabricantes de automóviles tendrán que comprometerse con los VE hasta que les resulte difícil cambiar de rumbo más adelante”, asegura Nahm.

Queda mucho trabajo por hacer en materia de recarga, tecnología de baterías y aceptación pública para que los vehículos eléctricos alcancen los niveles necesarios para lograr los objetivos climáticos. No obstante, las nuevas normas de la EPA y otros cambios políticos sugieren que la tendencia está cambiando. En la rueda de prensa, Regan declaró: “Este es el futuro: la demanda de los consumidores ya existe, los mercados lo permiten y las tecnologías también. Estamos remando en la misma dirección“.

MITTR