Consejos para socializar a un gato cachorro
La socialización del cachorro es fundamental si queremos que nuestro gato tenga un carácter equilibrado, no desarrolle miedos y se deje acariciar.
¿Sabes que la personalidad de un gato se forma muy deprisa? Por eso, deberemos socializar a nuestro felino desde que es un cachorro y así evitaremos futuras conductas indeseadas tanto con nosotros mismos como con extraños y otras mascotas que puedan vivir en el hogar, sean gatos, perros, hurones o conejos.
La mejor manera de tener un gato equilibrado, feliz, que no tenga miedo y se deje tocar (ojo, que por naturaleza siempre habrá gatos más cariñosos que otros) pasa por prestar atención y fomentar su socialización. Y seguro que tú quieres que tu minino sea la mar de amoroso, ¿verdad? Pues ¡ponte en marcha! Te aseguramos que estos métodos que nos han recomendado desde Feliway y Hill’s funcionan.
¿Cuándo empieza el periodo de socialización del gato?
Entre la segunda o tercera semana de vida comienza el periodo de socialización del gato con los humanos. Esta fase durará aproximadamente hasta la séptima u octava semana desde que nace. Aquí es cuando el gatito deberá acostumbrarse al contacto con humanos para no desarrollar posibles problemas de conducta que se perpetúen en el tiempo y sean difíciles de atajar cuando el minino llegue a la edad adulta.
El destete de la gata suele ocurrir a partir de las cuatro semanas pero no se recomienda separarlo antes de la sexta o la octava. La razón es que mientras el cachorro se encuentra con su madre y hermanos aprende a morder con más suavidad para no hacer daño a los otros gatitos, reduce las ganas de arañarlo todo y hasta entiende dónde tiene que hacer sus necesidades. ¡Mamá gata es una gran maestra!
Cuando en sus primeras semanas de vida un gato no tiene mucho contacto con humanos, lo más seguro es que les coja miedo, se esconda, no permita que lo toquen y mucho menos que lo cojan en brazos.
Los expertos de Feliway nos cuentan que existe cierto componente genético que predispone el carácter del gato a ser más o menos amistoso. Cachorros nacidos de gatos amigables suelen tener más posibilidades de ser amistosos que aquellos cuyos padres no han tenido contacto con personas.
Lo ideal para iniciar el proceso de socialización del gatito sería poder conocerle cuando aún está con su madre. Si tienes esa suerte, juega con él, acaríciale y tómalo en brazos delante de ella.
Mamá gata le da las primeras lecciones de socialización a los gatitos enseñándoles ciertos límites. Es esta una razón más para no separar al bebé felino antes de la sexta u octava semana de vida.
Es muy recomendable que vea a la mayor parte de las personas con las que interactuará cuando sea adulto para que vaya acostumbrándose y no solo quiera relacionarse con una. También es buena idea presentarle a los niños de la casa.
Si ya es importante que las mascotas dispongan de un espacio tranquilo para vivir sin estrés, imagina cuando llegan a un lugar que no conocen. Ahora más que nunca el gatito tiene que sentirse bien acogido, tranquilo y seguro, por eso resérvale un espacio en calma en el que también esté su comida. Recuerda colocar su bandeja en otro lugar tranquilo lejos de bebedero y comedero.
Acariciar al gatito todo el rato que puedas es una receta infalible para que acepte de buen grado el contacto humano. Hazlo de forma muy suave y hablándole tiernamente.
No nos cansaremos de repetir que el juego genera fuertes vínculos entre animales y humanos. En el proceso de socialización de un cachorro es aún más importante.
Antes de que el minino llegue a casa, hazte con varios juguetes especialmente pensados para cachorros de gato. No es nada recomendable que juegues con tus manos porque intentará morderlas y cazarlas. Cuando es pequeño no nos importará pero ten en cuenta que lo seguirá haciendo de mayor y eso ya no tiene tanta gracia.
Para que el gato no haga ningún extraño con los pequeños de la casa y se acostumbre a ellos, anima a los niños a que jueguen con él. Enséñales a acariciar y jugar con suavidad. También deben saber que cuando el gatito se canse de jugar, deberán dejarle, que no es un juguete y si se enfada puede arañar y morder.
Cuando el gato es cachorro es muy buen momento para enseñarle el transportín y cómo si se mete en él no ocurre nada malo. Esto te facilitará llevarle al veterinario o viajar con él en un futuro.
El gato se va afilar las uñas sí o sí y la diferencia entre que lo haga en tu sillón o en un rascador puede marcarla el que desde pequeño le enseñes a usar este accesorio.
En caso de que en el hogar ya vivan otros gatos, antes de llevar al cachorro a casa, ve preparando el terreno y resérvale un espacio solo para él. En las tiendas de mascotas venden difusores de feromonas que puedes conectar los días previos a su llegada y que harán la tarea más fácil.
Jamás hay que juntarlos por la fuerza sino dejar que poco a poco se conozcan, no hay prisa. Tampoco deberías dejar al gatito a solas con las otras mascotas a no ser que tengas plena seguridad de que no va a ocurrir nada malo.
Existe cierto componente genético que predispone a los gatitos descendientes de gatos amigables y de buen carácter a heredar esa condición.
La ansiedad por separación no solo pueden sufrirla los perros, también los gatos pueden padecerla. Para evitar que el gatito la experimente, intenta, dentro de lo posible, no dejarle mucho tiempo solo en casa. Cuando vayas a irte, no demores tu salida y si, por estrés, a tu regreso el gatito ha defecado en el suelo, no le castigues. No va a entender que lo que ha hecho está mal, de hecho ha sucedido porque se ha estresado por lo que podrías empeorar la situación.
