Comunicarse con ballenas, requisito previo para poder comunicarse con extraterrestres

Conducta animal y vida inteligente en el cosmos.

Brenda McCowan y Fred Sharpe, del equipo de investigación, trabajando a bordo del Blue Pearl. / Jodi Frediani

Si algún día la humanidad se topa con seres inteligentes de otro mundo, uno de los principales desafíos a los que se enfrentará nuestra civilización será el de entenderse con esas entidades. Por eso, parece sensato comenzar ahora por intentar comunicarse con seres no humanos de nuestro mismo planeta que aunque son menos inteligentes que nosotros, lo son en grado suficiente como para poseer algo calificable vagamente de lenguaje. De entre los animales con los que potencialmente podríamos comunicarnos conociendo su lenguaje, figuran las ballenas.

La relevancia de las ballenas para la comunicación con inteligencias extraterrestres es un tema ya tocado por la ciencia-ficción, por ejemplo en la película “Star Trek IV, Misión: salvar la Tierra” (1986).

Descifrar cómo se comunican las ballenas entre sí para poder dialogar con ellas es un objetivo muy ambicioso. Una iniciativa importante al respecto, conectada con la mencionada necesidad de adquirir experiencia que ayude a tener éxito en una hipotética comunicación futura con inteligencias extraterrestres, es la llevada a cabo por unos científicos del Instituto SETI, la Universidad de California en Davis y la Fundación para las Ballenas de Alaska, en Estados Unidos todas estas entidades. SETI es el acrónimo en inglés de “búsqueda de inteligencia extraterrestre”.

La línea de investigación seguida por esas entidades se centra en estudiar los sonidos que emiten ciertas ballenas y tiene por meta desarrollar estrategias que ayuden a captar señales de lenguaje de entre un conjunto de datos aparentemente caótico.

El equipo, integrado, entre otros, por Brenda McCowan, de la Universidad de California en Davis, y Laurance Doyle, del Instituto SETI, logró recientemente comunicarse con un ser vivo inteligente no humano, concretamente una ballena llamada Twain, de la especie Megaptera novaeangliae, especie popularmente conocida como ballena jorobada y ballena yubarta.

En respuesta a una llamada de “contacto” grabada y reproducida en el mar a través de un altavoz subacuático, una ballena jorobada llamada Twain se acercó y comenzó a nadar alrededor del barco del equipo, mientras respondía en un estilo conversacional a la “señal de saludo”. Durante la conversación, de unos 20 minutos de duración, Twain respondió cada vez que se le habló, y cumplió con las pautas de comunicación observadas en las ballenas de su especie.

“Creemos que este es el primer intercambio comunicativo de este tipo entre humanos y ballenas jorobadas en el “lenguaje” de estas, indica McCowan.

Una suposición importante de la búsqueda de inteligencia extraterrestre, que no se ha podido verificar debido a las limitaciones actuales de la tecnología, es la de que los extraterrestres estarán interesados en establecer contacto con civilizaciones de otros mundos y que, por tanto, acabarán enviando señales captables desde la Tierra o sus inmediaciones, y escrutarán el cosmos en busca de señales así. Doyle argumenta que el comportamiento de las ballenas jorobadas apoya esta hipótesis.

Al igual que estudiar la Antártida como sucedáneo de Marte ayuda a preparar mejor la exploración de este, estudiar la comunicación de las ballenas como sucedáneo de la comunicación de entes extraterrestres, sirve al equipo para saber mejor cómo abordar el estudio de un hipotético lenguaje extraterrestre.

McCowan y sus colegas exponen los detalles técnicos de su último y exitoso experimento de comunicación extrahumana en la revista académica PeerJ, bajo el título “Interactive bioacoustic playback as a tool for detecting and exploring nonhuman intelligence: ‘conversing’ with an Alaskan humpback whale”.

NCYT