Cómo vivir 100 años, según la ciencia

Hábitos respaldados por la ciencia vinculados a una vida larga y saludable.

El último informe de la Organización Mundial de la Salud indica que la esperanza de vida ha aumentado en 5 años, pero los datos muestran desigualdades en el acceso a los servicios de salud entre los países, eso sí.

La serie de Estadísticas de salud mundial es una instantánea anual de la salud mundial compilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se centra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud adoptados por todos los estados miembros de las Naciones Unidas. La finalidad es lograr un futuro más sostenible para todos. Los objetivos principales incluyen eliminar la pobreza y la desigualdad, proporcionar energía asequible y limpia, reducir el impacto del cambio climático, brindar un mejor acceso a la educación y promover la paz.

La esperanza de vida global aumentó de 2000 a 2015, lo que representa el aumento más rápido desde la década de 1960. El aumento más significativo se produjo en la Región de África de la OMS, gracias a las mejoras en la supervivencia infantil, el control de la malaria y el acceso a tratamientos para el VIH. Aquí, la esperanza de vida aumentó de 9,4 años a 60 años.

A pesar de los puntos positivos a nivel global, la desigualdad persiste. Si hablamos de niños, el informe muestra que la esperanza de vida depende del país de nacimiento. Los recién nacidos en 29 países de altos ingresos tienen una esperanza de vida promedio de 80 años o más, mientras que los recién nacidos en 22 países del África subsahariana tienen una esperanza de vida de menos de 60 años.

La supervivencia para mujeres y hombres muestra tendencias similares. Las mujeres en Japón y los hombres de Suiza viven más tiempo de media: aproximadamente 87 años y 81 años, respectivamente. Mientras tanto, aquellos que viven en Sierra Leona -de ambos sexos- tienen la esperanza de vida más baja del mundo: alrededor de 51 años para las mujeres y 49 años para los hombres.

Muchas personas piensan que la esperanza de vida está determinada en gran medida por la genética. Sin embargo, los genes juegan un papel mucho más pequeño de lo que se creía originalmente. Como hemos visto, factores ambientales como el lugar de nacimiento, la dieta y el estilo de vida son claves.

Te presentamos una serie de hábitos vinculados a una larga vida.

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