Cómo practicar gratitud cuando estás deprimido: formas de hacerlo

¿Estás pasando por un mal momento? ¿Te han diagnosticado una depresión? Practicar la gratitud es útil en estos casos. Este enfoque flexible, positivo y proactivo es capaz de reformular tus esquemas mentales. Descubre cómo puedes llevarlo a cabo.

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Abatimiento, desesperanza, apatía, desmotivación, sensación de vacío y de sentido existencial, son algunas consecuencias de la depresión. Practicar gratitud cuando estás deprimido puede reconstruir tu enfoque mental, volviéndolo más flexible y receptivo. Quizás por sí mismo no desactive los complejos mecanismos de este trastorno del estado de ánimo, pero es una ayuda, una píldora de positividad cotidiana.

Decía Esopo que «la gratitud convierte lo que ya tenemos en suficiente». De algún modo, esta acción nos desprende de muchos pesos para apreciar los aspectos más importantes de la vida. Ejercitarla a diario traerá un gran beneficio y, para ello, existen varias estrategias tan enriquecedoras como sanadoras.

«Solo hay dos formas de vivir la vida: una, es pensando que nada es un milagro y la otra, es creer que todo lo es».

-Albert Einstein-

¿Por qué es beneficioso practicar gratitud cuando estás deprimido?

A la hora de abordar una depresión se necesitan varias técnicas. La terapia psicológica, los antidepresivos -si el médico así lo valora- y los cambios en el estilo de vida son claves. Es justo en este último ámbito, el de introducir nuevos hábitos a la cotidianidad, donde entra en valor el campo de agradecimiento.

Investigaciones como las realizadas en la Universidad John Cabot, en Italia, destacan los efectos positivos de la gratitud frente a los trastornos de ansiedad o del estado de ánimo. Cuando se navega por escenarios dominados por la oscuridad, la indefensión y la negatividad, esta dimensión abre nuevas perspectivas. Y con ellas aparecen cambios como los siguientes:

  • Mejoras la autorreflexión.
  • Reduces el pensamiento rumiante.
  • La esperanza florece en nuestro interior.
  • El diálogo interno se vuelve menos crítico y dañino.
  • Minimizas los sentimientos de falibilidad o de inutilidad.
  • La gratitud mejora la visión que tenemos de nosotros mismos.
  • Te abres un poco más al exterior para conectar con otras personas.
  • Descubres el valor de la autocompasión, de la necesidad de tratarnos mejor.
  • Favoreces la empatía y experimentas, poco a poco, emociones más positivas.
  • Promueves la aceptación, la capacidad para asumir esas cosas que imposibles de cambiar.

En esencia, practicar gratitud cuando estás deprimido actúa como protección psicológica. Es un ejercicio sanador que incentiva un enfoque mental más flexible y receptivo, muy beneficioso para cualquier persona, no solo para quienes lidian con una condición mental.

LMEM