Científicos descubren a unos diminutos gusanos que hacen más ruido que un caza al despegar

Unos científicos japoneses descubrieron a unos gusanos diminutos, pero extremadamente ‘gritones’. De hecho, según explican, estas criaturas son capaces de producir el ruido que hace un avión turborreactor al despegar y es uno de los sonidos más fuertes jamás registrados en el océano.

© YouTube / Science Magazine

Se trata de la especie Leocratides kimuraorum, unos gusanos marinos que miden tan solo 29 milímetros. No obstante, el biólogo Ryutaro Goto, de la Universidad de Kyoto, registró junto con sus colegas un ruido de 157 decibelios producido por estas criaturas.

Hay que tener en mente que los humanos solo somos capaces de percibir un ruido a partir de los 10 decibelios y todo ruido que supere los 130 decibelios es doloroso y puede dañar los tímpanos.

De hecho, a una distancia de 25 metros un caza producirá solo 150 decibelios al despegar.

“Este sonido es comparable al que producen los ‘camarones pistola’ que están entre los sonidos biológicos más intensos que jamás fueron registrados en el mar”, explican los investigadores.

En particular, el ruido de este camarón alcanza los 189 decibelios y estos crustáceos lo usan para matar o aturdir a sus presas. No obstante, el gusano ‘gritón’ es muy especial por una razón en particular.

Según señalan en su artículo los científicos japoneses, antes se creía que estos gusanos eran silenciosos porque se consideraba que unos animales con un cuerpo blando no son capaces de crear ruidos tan potentes.

Sin embargo, los investigadores lograron registrar el chasquido de este gusano en las condiciones controladas de un laboratorio para confirmar su hallazgo. Con ello, aún no se sabe para qué estas criaturas producen un ruido tan alto.

“El ruidoso chasquido podría ser un subproducto de un rápido ataque con la boca, pero también podría usarse como un medio de comunicación entre los representantes de la especie”, especulan los científicos.

Ellos consideran que este chasquido se produce cuando los gusanos abren sus fuertes músculos faríngeos para crear una burbuja de cavitación y la explosionan.

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