Agresión inducida por caricias: por qué tu gato te muerde cuando le mimas

Después de mucho análisis por parte de los veterinarios, parece que finalmente han encontrado una explicación al hecho de que los gatos reaccionen negativamente cuando son acariciados…

Fito

Generalmente, una sesión prolongada de caricias con un gato puede terminar en mordeduras y rasguños de diversa intensidad.

Respecto a la causa de este extraño comportamiento en los felinos, los especialistas de VetStreet afirman que estos animales no actúan de esa forma por una razón de agresión específica.

Los veterinarios han denominado esta reacción de los gatos a las caricias como «agresión inducida por las caricias».

Este tipo de agresión no debe confundirse con un comportamiento hostil

Esta agresión no es un comportamiento hostil desmedido. Básicamente, a la mayoría de los gatos no les gustan las caricias.

No obstante, sí que buscaran atención y afecto por parte de su dueño. Aun así, inexplicablemente pueden reaccionar con mordidas y arañazos sin justificación alguna.

Motivos que originan la agresión inducida por las caricias

Algunos especialistas creen que esta reacción se debe a la naturaleza propia del gato.

Vale recordar que los antepasados del felino eran más bien animales muy solitarios y no una especie domesticada. Por esta razón, en ocasiones el gato actuará según su naturaleza.

Hay veterinarios que afirman que los gatos, por su linaje, son depredadores. Esto explica los cambios rápidos en su carácter para adoptar un comportamiento depredador, justo en una sesión de caricias.

Otra hipótesis que se ha planteado es que los gatos experimentan las sesiones prolongadas de caricias de forma bastante negativa.

En algunos momentos, incluso pueden llegar a ser irritantes para el gato y la mordedura es una señal de aviso para indicar que no quiere continuar.

Los especialistas recomiendan que, para evitar malos momentos durante las caricias, es preciso aprender a sintonizar con el estado de ánimo del gato y conocer con anticipación cuándo es suficiente.

Algunas señales, como una cola en movimiento, o las orejas hacia atrás son buenos indicativos para detener la sesión de caricias.

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