La música de la secuencia de Fibonacci

Hace un poco de trampa… pero igual suena muy bien.

La secuencia o sucesión de Fibonacci es uno de los patrones matemáticos más fascinantes que podemos encontrar. Sus reglas son sencillas: Cada nuevo término es la suma de los dos anteriores. Pero una vez que comenzamos a explorar su estrecha relación con la naturaleza, la secuencia nos deja con la boca abierta. En el canal A Song Scout de YouTube decidieron hacer el intento de musicalizar a la secuencia de Fibonacci. El proceso requiere cierta arbitrariedad y una pizca de libertad creativa, sin embargo, admito que no suena nada mal…

Imagino que nadie espera encontrar a uno de los ejemplos más contundentes de belleza matemática en una alcachofa, pero allí está. Lo mismo sucede en el caso de la piña tropical (léase ananá) o la piña conífera. Por supuesto, me refiero a la secuencia o sucesión de Fibonacci, cuyos primeros estudios se remontan al año 900 antes de Cristo, y ganó fama tras su aparición en el Liber Abaci de Leonardo de Pisa (nombre real de Fibonacci), quien la aplicó para resolver un curioso problema de reproducción de conejos. Su relación con el número áureo y el triángulo de Pascal es fascinante, pero lo es aún más encontrarla «en estado salvaje», escondida dentro de girasoles y las conchas de los nautilos. ¿Qué es lo que sigue en la lista? Convertirla en música.

En el canal A Song Scout de YouTube acostumbran a compartir covers en piano de canciones famosas y otros experimentos musicales, y uno de los más recientes se enfoca en la secuencia de Fibonacci. Ahora, la pregunta es: ¿Cómo desplegamos los números de la secuencia sobre un piano? La verdad es que no podemos… o al menos, no sin modificaciones. Básicamente, el vídeo nos enseña una numeración del 1 al 8 en la escala mayor de mi (pido disculpas si estoy errado, mis clases de piano son nulas), agregó 0 y 9 en los extremos, y acompañó armonizando con la mano izquierda. A partir de allí, el pianista sólo siguió la secuencia, e improvisó un poco.

Y suena bastante bien, lo cual es de esperarse cuando alguien tiene cierta práctica frente a un piano, pero quedan dudas sobre qué tan relacionado está el resultado con la secuencia. El vídeo demuestra que tocó el equivalente a cada dígito de cada número en el orden correcto, sin embargo, todo se vuelve más flexible (tal vez demasiado) a partir del número 8, porque «1 y 3» no son 13, «2 y 1» no son 21, y así sucesivamente. ¿Crees que es una buena sustitución? ¿Acaso podría hacerlo de modo diferente? ¿Sabes tocar el piano y te gustaría compartir tu visión? ¡No lo dudes! Los comentarios están abiertos.

Neoteo